Hoy 14 de febrero es el Día Mundial de la Energía, fecha definida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1949 para promover el uso de fuentes alternativas y disminuir la utilización de energías no renovables.
Hablamos con Laura Martínez Quijano, nuestra instructora de ISO 50001, quien nos cuenta más acerca de la importancia de ocuparnos desde hoy de la gestión de la energía dentro de las organizaciones.
Para una organización, ¿Por qué es importante la gestión de la energía?
Porque mejorar el desempeño energético puede contribuir a la reducción de costos y de emisiones de gases de efecto invernadero.
¿Tiene una empresa futuro si no gestiona responsablemente la energía que utiliza?
Considero que sin una gestión responsable de la energía, las organizaciones pierden, por una parte, oportunidades que les darían una mayor rentabilidad y, por otra parte, la posibilidad de mantener una imagen de responsabilidad frente a la sociedad.
La gestión de la energía… ¿Alcanza a cualquier área de una organización?
Todas las organizaciones consumen energía.
Por eso, todas pueden gestionar la energía que consumen, ya sean grandes o pequeñas, privadas o públicas, de elaboración de productos o de prestación de servicios.
💡Ideas para el largo plazo
“Recomiendo realizar un diagnóstico energético con personal especializado que permitirá identificar oportunidades de mejora con un fuerte impacto en la reducción del consumo de energía, ya sea por sugerir recambio de equipos o la automatización de encendidos y apagados o regulación de variables de proceso”
3 simples preguntas para mejorar tu gestión de la energía
Laura nos brinda una metodología muy simple para verificar si nuestra gestión de la energía es óptima. Consiste en hacernos 3 preguntas: cuánta energía estoy usando, dónde la estoy usando y cuándo.Sirve tanto para organizaciones como para individuos ¡Vos también la podés empezar a implementar en tu casa desde hoy!
Con este método, en el caso de las organizaciones podríamos:
1. Revisar cuánta energía se está consumiendo en cada área o proceso: ¿Es la necesaria (por ejemplo, la presión de aire justa), o es más?
2. Revisar dónde se está consumiendo la energía: ¿En el lugar necesario (por ejemplo, el ambiente de trabajo), o en otros lugares (ambientes desocupados, por ejemplo, el almacén)?
3. Asegurarnos que la energía se está consumiendo solamente cuando hace falta: ¿En el momento justo (por ejemplo, cuando el vehículo está en movimiento), o las 24h (por ejemplo, también en ralentí)?