Por otra parte, vale la pena recordar que la educación es un derecho fundamental que debe garantizarse para todas las personas sin excepción. No solo es importante para el desarrollo personal y profesional de cada sujeto, sino que también es esencial para el progreso y el bienestar de la sociedad en su conjunto. Sin embargo, a pesar de su importancia, la educación en muchos lugares del mundo sigue siendo un lujo al alcance de pocos. Existen barreras económicas, culturales y geográficas que impiden que muchas personas tengan acceso a una educación de calidad. Esto es especialmente cierto en países en desarrollo, donde la brecha educativa entre ricos y pobres es aún más grande.

Por eso, el Día de la Educación es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de la educación, su carácter de derecho y su relevancia como proceso que debe sostenerse a lo largo de toda la vida. También es un momento para reconocer el esfuerzo y dedicación de todos aquellos que trabajan en esta área y a todos los que buscan hacer de este mundo un lugar en el que la educación inclusiva y de calidad sean una realidad para todas las personas.